sábado, 2 de abril de 2016

Enplegutik desfasera

Enplegua amets: "Atera diezadala norbaitek plusbalia, arren".

Busturialdeko Hitzak kontatu digunez "Hazilan programan parte hartzen ari diren eskualdeko 20 gazteak, Aktibatu fasearekin hasi dira. Irune Ormaetxea Bermeoko Udaleko Sustapen Ekonomikorako zinegotziak azaldu duenez, “fase honen helburua pertsonak prestakuntza pertsonalizatuaren bidez eta coach baten laguntzaren bidez aktibatzea da. Hala, parte hartzaileak motibatuta eta enpresa proiektuagaz oso identifikatuta egongo dira”. 

Kapitalismo ona, etiko eta solidarioa. Langile zoriontsuak.

Inoren menpe astean zehar eta... desfasea behar.

Sofia Armenteros-ek Pablo San José Alonsoren "El opio del pueblo" liburuaren reseña egiten du.
http://enlacesquemeinteresan.blogspot.com.es/2016/03/resena-el-opio-del-pueblo-critica-al.html

"Es una llamada a la atención, incluidos, o especialmente para, aquellos que se nombran a sí mismos "alternativos".
Es muy valioso, además de valiente, que se haga una denuncia desde "dentro", escrita por una persona, Pablo San José Alonso, que se llama así mismo adicto, que conoce bien y participa de esas fiestas que evidencia como "El opio del pueblo". Es un antimilitarista más que no puede estar callado y sabe de lo que habla, bravo por él.
Bravo también porque ha sido bien tratada por el colectivo al que pertenece el autor. Es una obra que al contrario que otras que han presentado, no es apoyada por el "Grup antimilitarista Tortuga", pero que no han vetado ni torpedeado, y ahora incluso están publicándola por capítulos en su web. Porque la ayuda mutua no es solo cuando las dos partes están completamente de acuerdo, o cuando a uno mismo le va bien, y apoyar cuando se tienen dudas o no se comparten por completo los planteamientos es mucho más importante, la vida no es sino, la mayoría de la veces, conflicto, y al mismo tiempo la búsqueda de superarlo con esfuerzo y amor.
Hace Pablo un apunte sobre lo que significaba la autonomía personal en un pasado no tan lejano y cómo ahora es sólo algo formal, no una cuestión fundamental, en especial para construir la autoestima. ... Este tema sería urgente abordarlo con mayor profundidad.
Ahora vivimos en la búsqueda de la eterna adolescencia y esto hace que no llegue nunca el momento de hacernos responsables de nuestras vidas al completo. Ni queremos, ni sabemos, ni parece que podamos.
Señala el cambio profundo que se ha dado en pocos años, aunque no llega a reflexionar y concluir por qué, nombrando solo al imperialismo usamericano, quizá la punta del iceberg de las causas de la degradación tan rápida y profunda de las formas de diversión, sin ir más allá de lo que son síntomas, consecuencias. Echo de menos la búsqueda de las causas, el reflexionar sobre por qué ha tenido tan rápida y honda implantación y dónde está el poder que se nos hace irresistible. Relacionarlo con el desarrollo tecnológico, la alienación mediática, la urbanización e industrialización, la integración de la economía en el mercado internacional, la desaparición de la familia extensa, el desarraigo de la naturaleza y del territorio,... y cómo nos hemos dejado imponer esos modelos.
Antes se trabajaba para vivir, no se vivía, como ahora, para trabajar... y para poder despendolarse y desfasar a tope para olvidarse del tipo de vida que llevamos. 
Hace un repaso por los diferentes aspectos inherentes al ocio de hoy. Dedica capítulos específicos a la estética, la música, las drogas y el sexo.
Comenta sobre el fenómeno fan y sus implicaciones, estéticas y de otra índole, cómo confiere al individuo una serie de comportamientos adquiridos que lo convierten en un pelele.
Lamenta cómo la música se ha convertido en una industria más, una manera de consumir y de que algunos ganen mucho dinero. Y siempre a un volumen demasiado elevado, ensordecedor, también en los ambientes que se dicen alternativos. No hay creación, en comunidad o de manera individual, gusto por concebir y tocar nuestras propias composiciones. Sobre ese fenómeno tengo pendiente la lectura de "La dictadura del videoclip".
Sobre las drogas incide en analizar el uso y abuso de las dos más comunes, el alcohol y la marihuana, con tan buena prensa entre jóvenes de todos los ambientes. Porque aunque "funcione" no se deberían de usar sin más y habría que ir a las causas de los diferentes problemas o síntomas para solucionarlos y no buscar el simple alivio.
Recuerda cómo de mal vista estaba, tanto en la sociedad rural tradicional como en los ambientes anarquistas o de lucha obrera, la taberna y mucho más las borracheras, ya que era un medio para desactivar a las personas en su combate contra la opresión. Así se consigue redireccionar a las minorías luchadoras y críticas, hay varios ejemplos históricos, con la inducción a su consumo por el poder, incluso siendo directamente introducidas en la población por las fuerzas de seguridad del Estado.
En cuanto al sexo, se convierte también en otra manera de inducir el consumo, en este caso además de objetos materiales se acumulan experiencias, cuerpos utilizados, en otra adicción más.
También pone de manifiesto la responsabilidad de cada cual por no elegir actuar de otra manera. ¿Cómo puede ser que actividades y actitudes insufribles y dañinas en tantos aspectos se nos hacen tan necesarias? Trampas de las que no podemos alejarnos, hábitos que no sabemos dejar atrás. 
Porque la fiesta actualmente no es integrativa, están segregados aquellos que no son jóvenes, que no tienen dinero, que se sienten diferentes a los amigos y amigas, es decir los que no son solventes física, económica y socialmente. Las celebraciones antes lograban dar cohesión social, ahora son causa de la destrucción del individuo y de la comunidad.
Esto deviene en una transformación completa de las relaciones sociales y en la desposesión del individuo, en un alejamiento entre lo que desea y lo que se llega a ser, convertidos en seres dóciles fácilmente influenciables y estandarizados, manejados por la máquina del Estado, el sistema capitalista y la gran empresa... tanto monta, monta tanto. Así es imposible encontrar el sentido de la vida.
Señala San José que el principal beneficiario es el Estado, tanto en el terreno económico como en el ideológico, al alimentar la vía de escape de las penurias del trabajo asalariado y otras.
Recalca como el modelo de fiesta actual es exigente y excesivo porque la noche lo es. No así la fiesta popular de día. Este romper el biorritmo es parte del negocio y de la alienación, igual que ocurre con el trabajo asalariado en turnos de noche o la televisión hasta la madrugada, una forma de idiotizarnos y dejarnos sin energías, además de hacer que recurramos a los medicamentos para dormir o mantenernos despiertos, según el momento, enriqueciendo así al negocio farmacéutico y a la vez a las arcas del estado.
afirma que no había muchas fiestas antes, en tiempos pasados, pero ahí están las cientos de celebraciones populares, muchas además perdidas, que son indicios de que no se necesitó tener periodos de vacaciones u ocio establecidos hasta que no se impuso la esclavitud del trabajo asalariado porque cada dos por tres había un momento natural para el descanso y la diversión. Además los trabajos más duros, en la sociedad rural tradicional, se hacían cantando, compartiendo, buscando cómo aliviar las cargas. La aceleración actual, la vida regida por la tiranía del reloj, es algo intrínseco de la modernidad económica y los que sabían crear, disfrutar y compartir la fiesta y las celebraciones no se sometían a nada parecido, con lo que no necesitaba que nadie les diera permiso para festejar.
Ahora el autor lo compara con una necesidad vital, como el alimento o el vestido, y así es, puesto que incluso personas que tienen dificultades para ganarse la vida ponen su empeño en participar de los hábitos que ha descrito en el libro y he comentado antes. En otros casos son los progenitores los que se ven obligados a sufragar estos gastos en la idea de que el salir, el beber, el comprar música, etc, son deberes para con sus hijos e hijas. Hay que tener o conseguir dinero para mantener una estética, comprar tabaco, drogas, alcohol, comer y cenar fuera, ir al cine y el teatro, a conciertos y fiestas temáticas. Como señala, con todos estos desembolsos, llevados por la despreocupación y la euforía, el que gana es el Estado. Y cuando alguien gana, alguien pierde.
Da en el clavo al señalar cómo la mayoría de los colectivos que buscan alternativas acaban haciendo su fuente de ingresos principal la venta de alcohol, y gustan de la música ensordecedora, lo que demuestra la inteligencia del sistema para hacer que el que quiera distinguirse o rebelarse encuentre también su lugar, minoritario y aparentemente diferenciado, pero inofensivo para la continuidad de las estructuras de poder establecidas, todo dentro de los cauces deseados."

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